CHARTRES [1]
Mis largamente capaces lectores les propongo un nuevo paseo vicentino. Esta vez iremos a la ciudad francesa de Chartres que dista unos 86 km de París. Chartres es una bella ciudad atravesada por el río Eure. Hoy posee unos 41.000 habitantes. Es reconocida por la producción de granos. Tanto que se la llama “el granero de Francia”. También es un centro industrial conocido por sus harineras, destilerías, fundiciones, empresas de perfumería, material electrónico, fertilizantes y artículos de cuero.
CATEDRAL
Decir Chartres es decir su catedral. En el punto más elevado de la ciudad se encuentra la catedral de Notre-Dame, uno de los más bellos monumentos construidos para la gloria de Dios y de su humilde sierva, María. Sin duda, la catedral de Chartres domina esta ciudad medieval. Sus admirables torres trazadas hacia el cielo, parecen invitarnos a la oración y el encanto austero de su fachada nos impulsa a dejar de lado lo innecesario.
Lo que suele impresionar al viajero es su magnífica estatuaria y sus vitrales. Ambos tienen una función didáctica y catequética. Recordemos que ellos nos permiten leer toda la Biblia, claro, como la entendían los maestros escultores de la época medieval.
Historia. Antes de ser Iglesia cristiana, ese lugar podría haber sido una gruta dedicada a la diosa madre celta. Quedó resignificada con la llegada del cristianismo. En el siglo VIII había una iglesia dedicada a Santa María. De hecho, Chartres se convirtió en un lugar mariano comparable a lo que hoy es Lourdes. Venían peregrinos de muchas naciones a rezar aquí. Incluso, había un hospital para los enfermos que peregrinaban. Se relatan muchos milagros que Dios hizo a través de la invocación de Nuestra Señora de Chartres.
En el siglos XI se había edificado una catedral románica. Propuesta por el sabio obispo Fulberto. La iglesia sufrió daños un incendio el año 1194. Se lo reconstruye en base al arte gótico. Aquí nace un gótico particular, el lanceado. Fue consagrada como catedral en 1260, ante el rey san Luis (Luis IX). De modo que dicho lugar era santuario, catedral y abadía benedictina. La catedral de Chartres es una obra maestra y muchas de sus soluciones arquitectónicas serán tomadas para edificar otras iglesias góticas en muchas partes de Europa. Con el tiempo se le sumaron otros influjos arquitectónicos, ya que como todo lugar lleno de vida, siguió construyéndose y modificándose.
También Chartres fue un famosa escuela filosófica y teológica medieval. Había sido fundada hacia el año 990 por Fulberto, que como dijimos, era obispo de Chartres. La plenitud de dicha escuela se alcanzó en el siglo XII. Allí el filósofo estudiado por excelencia era Platón y su diálogo más leído era el Timeo. Además, se educaba en los escritos más platónicos de Boecio. Llegando a ser uno de los centros más destacados del platonismo cristiano, tan común en toda la Edad Media. De Aristóteles tomaron su teoría de la composición de los seres en materia y la forma. Efectivamente, en la escuela de Chartres fue donde esta teoría reapareció en el siglo XII. También se destacó por el amor a la literatura. Podemos decir que todo el espíritu de Chartres era un humanismo cristiano. Esta escuela colocó al hombre en el corazón de la ciencia, de la filosofía y la teología de su época.
Lo Mariano. Una imagen de madera de la Virgen embarazada estaba en la cripta. Pero había otro elemento que aumentaba la devoción marina de los fieles: allí estaba el velo de la Virgen. En esa época pensaron que era cierto. Fue un regalo del rey Carlos el Calvo, en la fiesta de la Anunciación. Esto atrajo multitud de peregrinos. En el siglo XII, tres papas pasaron por Chartres. Varios santos rezaron en esta catedral, por ej. San Bernardo, Santo Tomás Becket, San Francisco de Sales, San Vicente de Paúl, Santa Luisa de Marillac y San Luis María Grignion de Montfort. Asimismo, varios reyes vinieron aquí como peregrinos, por ej. San Luis, Enrique III (que vino unas veinte veces). Aunque no lo crean, la coronación del rey Enrique IV tuvo lugar en esta catedral en 1594. Hacia 1510, para satisfacer la devoción de los fieles, se erigió una estatua de Nuestra Señora en la iglesia superior. La original estaba en la cripta.
Durante la Revolución Francesa, la reliquia fue profanada y la imagen de madera fue quemada por el fanatismo revolucionario. La catedral sirvió entonces como templo de la diosa Razón (¡Mama mía!). El edificio, aunque mutilado durante este turbulento período, escapó a la destrucción total prevista inicialmente. El culto fue restaurado gradualmente. Así, el altar mayor de la cripta fue re consagrado en 1855.
Durante las dos guerras mundiales, los monjes sacaron las vidrieras. Gracias a ellos, se conservan los ventanales originales. Durante la II Guerra Mundial, la ciudad sufrió grandes daños a causa de los bombardeos de agosto de 1944, pero su catedral se salvó gracias a un oficial del ejército estadounidense que cuestionó la orden de destruirla. Este valiente coronel se llamaba Griffith.
El poeta Charles Péguy peregrinó en 1912 a pie desde París a Chartres como rogativa por su hijo enfermo. El escritor Proust, escribió sobre este templo: “su inmensidad puede cobijar tanto al instruido erudito como al creyente, al soñador como al arqueólogo”. La catedral es patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1979. La gente la visita como acto de devoción cristiana, pero también para admirar su arquitectura, sus magníficas esculturas y vidrieras. La catedral está abierta todos los días de las 8:30 a las 19:30.
Exterior. Recuerdo que el día que decidí ir a investigar Chartres era una gélida mañana de invierno. Un frío que se potenciaba por el fuerte viento que para mí era casi un huracán. Veía como las banderas se sacudían salvajemente y las nubes, veloces, se dirigían rápidamente hacia el este. Mientras tanto sentía un dolor agudo y persistente en mis orejas y manos. Bueno, sigamos pero bien abrigados.
Lo primero que llama la atención son sus dos bellas torres dispares. Son diferentes en altura y estilo. Una mide 103 metros y la otra 112. El motivo de su diversidad es que se construyeron en épocas distantes y cada una responde a un estilo artístico diferente. Observemos ahora las esculturas. Las originales tenían colores. Estas estatuas buscan principalmente la belleza espiritual. Son muy llamativos sus Ángeles sonrientes, propio del humanismo de Chartres.
Contemplemos las puertas que están debajo de las torres, es la entrada principal. Incluye tres puertas que se corresponden con las tres naves interiores, cuyos tímpanos muestran (de izquierda a derecha): 1. La Ascensión de Cristo o su Segunda venida. 2. La imagen de Jesús Señor del Universo. 3. Escenas de la Vida de la Virgen. Observemos al magnífico Jesús del centro. Es el Cristo del Apocalipsis. Se sienta en medio de los ancianos: ellos son magníficos en su éxtasis, Él es majestuoso en su triunfo. También encontramos estatuas con los trabajos del año.
Podemos ir ahora a la entrada del lado norte, donde nos encontramos también con tres puertas. El pórtico central muestra la Coronación de la Virgen María con figuras de profetas y santos. El pórtico izquierdo está dedicado a la Natividad y la Anunciación. El portal derecho se dedica a los trabajos de Job, probablemente en referencia a las dificultades que tuvo que atravesar la Iglesia en el siglo XIII. Ahora sigamos marchando y veamos las tres puertas que dan al sur. El portal central muestra el Juicio Final con esculturas de los apóstoles. Hay un friso con una visión del Apocalipsis, con el Cielo y el Infierno. Es la primera vez en la iconografía religiosa que se narran el Juicio Final y el Apocalipsis conjuntamente. Hasta entonces ambos temas habían sido tratados siempre de forma independiente pese a estar estrechamente relacionados. Lo llamativo es que Cristo es representado con rasgos amables y humanos en el juicio final, esta figura es conocida como el Buen Dios. La escena en general inspira compasión divina, muy diferente a otras representaciones donde se resalta la severidad como la Capilla Sixtina de Miguel Ángel.
Interior. Ahora entremos. La nave central tiene 37 metros de altura. Observemos los vitrales. En ellos está buena parte de la Biblia. En el Rosetón Principal encontramos el Apocalipsis. Al poniente del sol ubicamos el Rosetón de María. Señala especialmente el pasado. De modo que veremos muchas figuras del AT. En frente al rosetón de María encontramos el Rosetón de Cristo. Allí está el NT y lo contemporáneo (de su época).
¿Cuántos vitrales hay? Posee… 175. El gótico juega con la luz natural, ya que al pasar por los diversos colores de las vidrieras, el simbolismo que se quiere señalar es la diversidad y la maravilla de la luz divina. ¿Cuál es el vitral más famoso? La Virgen azul. Les cuento un secreto: No se conoce el proceso de fabricación del célebre color azul de los vitrales, el llamado bleu de Chartres. La fórmula de su diáfano azul de cobalto jamás oxidado, hasta hoy es imposible reproducir. Es así, aunque usted no lo crea.
Uno de los elementos más admirados de la catedral es el laberinto trazado sobre el suelo de la nave central que data de 1205. Está realizado en azulejos circulares y posee 13 metros de diámetro. Baldosas blancas y negras forman un estrecho sendero con múltiples circunvoluciones que conducen al centro. En la Edad Media existían numerosas iglesias con laberintos de este tipo (por ejemplo, Amiens). El sendero del laberinto representa un misterioso camino que el peregrino debía recorrer a pie o de rodillas hasta la roseta central. Es un símbolo que expresa que la vida es compleja, pero ella se plenifica si podemos finalmente encontrar a Jesús y encaminarnos al Cielo. Casi como una rayuela, pero más compleja. Este laberinto tiene un profundo simbolismo numerológico y filosófico. Incluso, tiene la particularidad de tener el mismo diámetro que el Rosetón oeste. De modo que, si se proyecta la fachada sobre el pavimento, el Cristo del Fin de los tiempos del rosetón se superpone con el centro del laberinto. En el círculo central existió una placa con las figuras de Teseo, Ariadna y el Minotauro. Es decir, jugaban con las figuras del famoso laberinto griego. ¿Lo podemos ver? No, fueron arrancadas y fundidas por un grupo de poco cultos revolucionarios que las fundieron para fabricar cañones. Una cosa más, es interesante que el laberinto de Chartres no tiene las notas angustiantes del poema Laberinto de Jorge Luis Borges.
Cripta. Descendamos, cuidado con los escalones. La cripta fue mandada construir por el obispo Fulberto (y dale con Fulberto). Todavía tiene un antiguo muro de la época galo romana. El resto es arte románico. Esta cripta es una de las más grandes de Francia. La antigua estatua de madera de Nuestra Señora de Sousterre (subterránea) fue quemada en la plaza en diciembre de 1793 por la muchachada revoluciona. Con el tiempo se colocó una réplica. En 1976, la cripta fue renovada, la estatua fue sustituida por una reproducción basada en dibujos que recuerdan la venerable imagen quemada. Les comparto el día que terminé la minuciosa visita a la Catedral, pasé por la Oficina de Turismo para averiguar otros datos de la ciudad. Recuerdo que la ropa del amable empleado que me atendía olía a chorizo.
FAMILIA VICENTINA.
Luisa de Marillac vino en peregrinación del 14 al 17 de octubre de 1644. La intención era ofrecer a Dios la Compañía de las Hijas de la Caridad. Y que Él la quitara si no era de acuerdo con su santa voluntad. Asimismo le pedía a Dios y a María, guardiana de dicha Compañía, les dé a las Hijas de la Caridad la virtudes necesarias. Santa Luisa oró en la vieja cripta, donde estaba entronizada la bella estatua de Nuestra Señora.
Vicente de Paúl estuvo aquí pidiendo el traslado de un obispo de Chartres a una diócesis que tenía mayor necesidad de él. Es muy probable que viniera otras veces a rezarle a Dios por intercesión de María, especialmente lo hacía en algunos viajes que incluían el camino de Chartres.
En varias cartas, san Vicente menciona la diócesis de Chartres. Ya sea por temas de misiones o por temas económicos que él debía tratar como secretario del Consejo de Conciencia. No lejos de Chartres, en Gallardon, se estableció una Cofradía de la Caridad en el año 1634 (eso fue en vida de Vicente de Paúl)
La ciudad recuerda la acción del Padre de los Pobres y de los Lazaristas con afecto. De modo que ha dedicado una calle a San Vicente de Paul. ¿Dónde está? Del otro lado del río, a casi dos kilómetros de la Catedral, cerca de la escuela Primaria Henry Farman. Podemos ir allí, caminar y luego tomarnos un humeante café.
Después de los fundadores. La Congregación de la Misión dirigió el Seminario diocesano mayor de Chartres desde 1680 hasta la Revolución. Estaba situado al sur de la ciudad. El área es hoy la zona industrial, cruzando las vías del tren. Los vicentinos también dirigimos el Seminario menor “San Carlos” desde 1719 hasta la Revolución. Estaba situado a la izquierda del palacio episcopal. Hoy es el edificio Eurélium (11 Rue du Cardinal Pie).[2] En su capilla, durante la Revolución, el 6 de febrero de 1791, prestaron públicamente juramento constitucional tres lazaristas que en ese momento creían en los valores de la Revolución. Uno de ellos era el rector del seminario, Juan Bautista Gratien (1747-1799), quien llegó a ser a obispo revolucionario de Rouen.
Hijas de la Caridad. En el hospital de la ciudad comenzaron a servir en el año 1664. Volvieron, pasada la Revolución, en 1854. Interesante, las Hijas de la Caridad conservan aún hoy la práctica de peregrinar a Chartres, para rogar por la Compañía.
Les propongo algunas preguntas para internalizar este paseo: 1) ¿Cuál es tu santuario Mariano preferido? ¿Por qué? 2) ¿En qué medida la devoción a María te ayuda a trabajar por la promoción de los excluidos? 3) ¿Formas a los pobres el humanismo cristiano o en el rigorismo conservador? 4) En este momento, ¿Cuáles son los laberintos de tu vida?
[1] Cf. HOUVET, Étienne. Chartres. Guide de la Cathedrale. Chartres. Houvet. S/año; COPLESTÓN, Frederick. Historia de la Filosofía. Tomo II. Barcelona. Ariel. 1983; RYBOLT, John E. Tras las huellas de Vicente de Paúl. Guía vicenciana de Francia. Salamanca. CEME. 2004.
[2] Está muy cerca de la Catedral. Desde la Cloître Notre Dame, giramos a la izquierda en dirección a Rue de l’Horloge. Giramos ahora a la derecha con dirección a Rue du Cardinal Pie. Vamos hasta el número 11. Es un edificio del siglo XVIII que fue originalmente el seminario menor San Carlos. Luego fue el edificio de los Archivos Departamentales. Ahora es el Eurélium. ¿Qué es eso? Un edifico que reúne en un mismo lugar a los organismos que promocionan la economía y el turismo de la zona.